En el imaginario popular, cuando algo falla en una empresa o institución, el departamento de mantenimiento suele ser el primer señalado. Se les acusa de ineficiencia, negligencia o falta de compromiso, cargándolos con la responsabilidad de solucionar problemas que, en realidad, van más allá de sus capacidades.
Si bien el mantenimiento juega un papel crucial en el buen funcionamiento de cualquier organización. Sin embargo, es necesario reconocer que existen diversos factores que pueden afectar su desempeño y, por lo tanto, contribuir a la aparición de averías o fallas.
1. Bajo presupuesto: Un factor determinante en la capacidad del departamento de mantenimiento es la disponibilidad de recursos financieros. Si el presupuesto es limitado, se dificulta la adquisición de repuestos, herramientas y equipos necesarios para realizar las reparaciones de manera eficiente. Además, se restringe la posibilidad de contratar personal calificado y de ofrecer capacitación adecuada a los técnicos.
2. Excesivas burocracias: Los procesos burocráticos engorrosos y lentos pueden obstaculizar significativamente el trabajo del departamento de mantenimiento. La solicitud de autorizaciones, la realización de trámites administrativos y la espera por la aprobación de presupuestos pueden retrasar considerablemente la atención a los problemas, generando cuellos de botella y prolongando el tiempo de inactividad de las instalaciones o equipos.
3. Mal manejo de bodega de repuestos: Una bodega de repuestos desorganizada, con un inventario deficiente o con un sistema de control inadecuado puede generar grandes dificultades para el departamento de mantenimiento. La falta de repuestos disponibles en el momento oportuno puede retrasar las reparaciones y ocasionar costosos tiempos de inactividad.
4. Maquinaria con muchos años de vida útil: El uso prolongado de maquinaria y equipos sin un mantenimiento preventivo adecuado puede aumentar la probabilidad de fallas y averías. Cuando la maquinaria ha superado su vida útil óptima, su funcionamiento se vuelve menos confiable y más susceptible a roturas, lo que incrementa la carga de trabajo para el departamento de mantenimiento.
La implementación de estrategias de mantenimiento preventivo, la comunicación efectiva con otras áreas de la organización y la búsqueda de soluciones innovadoras son aspectos fundamentales.
En conclusión, para asegurar el buen funcionamiento de una organización y evitar la recurrencia de fallas, es necesario adoptar una visión integral que tome en cuenta tanto los factores internos como externos que inciden en el desempeño del departamento de mantenimiento. Solo así se podrá establecer un sistema de mantenimiento efectivo que contribuya a la productividad, la eficiencia y la seguridad de la organización.
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